Sociedades Secretas





LA MASONERIA

“Si faltase lo más mínimo a mi juramento, que me corten el cuello, me arranquen el corazón, los dientes y las entrañas y que los arrojen al fondo del mar. Sea quemado mi cuerpo y mis cenizas esparcidas por el aire, para que no quede nada de mi, ni siquiera el recuerdo entre los hombres y entre mis hermanos masones”.

Juramento masónico, 1869.

La masonería es una rama directa de la “Compagnonnage” (Camaradería en francés), una sociedad obrera que se calcula fue fundada durante el siglo XI para hacerle frente al poder de los patronos, y que ofrecía a sus miembros una suerte de seguridad social. La Camaradería francesa se conformaba por albañiles (mas concretamente: talladores de piedra, carpinteros, ebanistas y cerrajeros) de donde surgió el nombre de masonería, ya que en la lengua francesa la palabra maçon significa “albañil”. También suele usarse como sinónimo la palabra Francmaçon que traducido seria “albañil libre”, por esto algunos sociólogos e historiadores utilizan el término francmasón en vez de masón, asumiendo que en la época medieval todos los albañiles eran “masones” pero Francmasones eran solo aquellos que habían sido iniciados en esta orden en particular.
Durante la edad media esta sociedad sufrió un grave declive atribuido a que la época de la construcción de catedrales se fue opacando, y con esta fueron desapareciendo los maestros constructores. Entonces la masonería se vio obligada a aceptar miembros que no pertenecieran a la clase obrera para así evitar su casi inminente extinción.
El interés de algún que otro personaje relacionado a los círculos intelectuales de pertenecer a las logias masónicas sugiere que en estas no solo se manejaba el arte de la construcción, sino también se fomentaban otros aspectos, tal sea como el desarrollo intelectual y espiritual del ser humano

Actualmente, la Masonería del siglo XXI afirma textualmente que su interés no es otro que el de “conseguir la perfección del hombre y su felicidad, despojándole de vicios sociales como el fanatismo, la ignorancia y la superstición, perfeccionando sus costumbres, glorificando la justicia, la verdad y la igualdad, combatiendo la tiranía y los prejuicios, así como estableciendo la ayuda mutua entre sus miembros”. Sin embargo posee fuertes contradicciones, como los enfrentamientos entre diversos tipos de masonería para ver cual es “la verdadera”. O el hecho de que la mayoría de sus logias prohíba expresamente la iniciación de mujeres. La masonería moderna difiere mucho de aquella antigua “alianza obrera” que constituía la Camaradería, ahora sus miembros (en su mayoría políticos) predican la felicidad como meta universal demostrando sin mas solo una desmesurada ambición de poder personal, contradiciéndose cada vez mas. Podría hasta hablarse de una masonería infiel a sus principios más antiguos.




ORDEN ROSACRUZ.




En el siglo XVII afloró esta orden, supuestamente descendiente de una mas antigua relacionada con el Hermetismo (u Ocultismo). Su nombre hacía referencia a dos de los principales símbolos utilizados desde siempre por diversas organizaciones discretas. Por un lado, la rosa roja, considerara como “la reina entre las flores”, de la misma forma que el iniciado era “un rey entre los hombres” al disponer de unos conocimientos y capacidades (y por lo tanto unas responsabilidades) por encima de lo común. Por otro lado, la cruz, signo solar repleto de simbolismos y utilizado por todas las culturas de la antigüedad, desde el Ankh o cruz ansada egipcia hasta la Tau o cruz en forma de T griega, pasando por la esvástica indoaria o la misma cruz en la que fue clavado Jesús.
Según varios expertos en la materia, esta fraternidad existía “desde hace miles de años” con el propósito de salvaguardar “en toda su pureza original” una ciencia “cuyas verdaderas enseñanzas se mantienen secretas y de las que han trascendido al vulgo solamente interpretaciones personales de individuos que han llegado a vislumbrar una pequeña parte del secreto”. La necesidad de ocultar esta enseñanza se debe a que solo se debe confiar en “aquellos seres humanos que presenten cierto grado de evolución”, de la misma forma que los derechos legales y políticos se reservan a los mayores de edad y no pueden ser aplicados por los niños. Un viejo refrán hermetista resume esta idea aseverando que “la carne es para los hombres y la leche para los niños”. Otros autores también señalan que los rosacruces aparecen y desaparecen públicamente en épocas históricas diferentes de acuerdo a ciertos ciclos prefijados y reconoce que “se hicieron especialmente conocidos entre los siglos XV y XVII, ganando fama de magos, sabios y alquimistas”. Luego se desvanecieron de nuevo para seguir trabajando en secreto por el bien de la humanidad, aunque dejaron a algunos de sus representantes para explicar su ciencia “a los que su estado de conciencia los hace acreedores de ser instruidos”.
Lo único que ha trascendido sobre la época posterior al siglo XVII es que, de alguna forma, la orden seguía trabajando en silencio de acuerdo con las directrices de un denominado Colegio Invisible, también llamado en ocasiones Los Superiores Desconocidos, compuesto por seres elevados espiritualmente, cuyo único interés radicaba en el crecimiento interior de cada uno de los miembros de la fraternidad, despreciando las pompas y laureles sociales y sin aspiraciones de fama o poder, a no ser con carácter impersonal y temporal, con el único objetivo de ayudar al ser humano.
Con el paso del tiempo, diversas organizaciones modernas como la Golden Dawn Order (La Orden de la Aurora Dorada) británica o la AMORC (Antigua y Mística Orden Rosa Cruz) norteamericana han proclamado a gritos ser los “auténticos herederos” de la antigua Orden Rosacruz, pero sus meritos para reclamar semejante privilegio parecen, cuando menos, escuetos. Los verdaderos rosacruces parecen continuar detrás del telón, por el momento

LOS ILLUMINATI.

Los Illuminati o “Iluminados de Baviera” fue la secta mas siniestra y enigmática que la Alemania del siglo XVIII supo fecundar. Su fundador fue Adam Weishaupt, catedrático de Derecho Canónico de la Universidad de Ingolstadt, nacido el 7 de febrero de 1748 y de familia judía. Huérfano a los cinco años de edad y adoptado por su abuelo y tutor, el barón Johann Adam Ickstatt.
Weishaupt se convirtió al cristianismo e ingresó en el colegio de los jesuitas, donde destacó gracias a su gran memoria y su inteligencia por encima de la media. En la biblioteca de su abuelo comenzó a tomar contacto con los filósofos franceses y empezó a interesarse por la masonería y otras organizaciones similares. Debido a sus actividades heterodoxas fue expulsado de la orden Jesuita, lo cual no causó desgano en su animo.
Pronto necesitó un grupo de trabajo que le permitiera profundizar en sus propios anhelos místicos a la vez que aplicaba sus ideas sobre el mundo físico. Una organización parecida a la de los Jesuitas o la masonería, pero que fuera en una dirección muy diferente. Al no encontrar nada parecido, decidió fundarla él mismo. Tras crear un reglamento a medio camino entre ambas sociedades y determinadas corrientes de falso rosacrucianismo.

Sus primeros adeptos fueron cuatro alumnos de su propia cátedra, que inicialmente se dedicaron al proselitismo de acuerdo con una norma básica: solo aceptaban la adhesión de personas bien situadas social y/o económicamente. Nadie podía acceder a la orden por deseo propio, sino por consentimiento de sus miembros. “Pocos pero bien situados”, solía repetir Weishaupt, que no deseaba presidir una organización numerosa sino poderosa. Uno de sus logros fue el de su infiltración en la masonería que propicio una adaptación (aunque sutil) de algunos pilares ideológicos masones, asimismo la francmasonería comenzaría a utilizar desde entonces el mismo símbolo que los Illuminati: “El Ojo que Todo lo Ve”.
La primera reunión de los “iluminados” se dio la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1776 al sur de Alemania en un bosque de Baviera. Desde entonces la historia acogería progresivamente a un culto de un ser torturado aunque poderoso: Lucifer, El Lucero del alba, o según los Illuminati: El ángel de la luz.


AGENDA ILLUMINATI


Las siguientes son las metas a largo plazo elaboradas por los Iluminados de Baviera:

1.º Aniquilación de la monarquía y de todo gobierno organizado según el Antiguo
Régimen.
(Al mundo lo regiría un grupo selecto, una elite de prohombres facultados con una serie de conocimientos por encima del saber común. En este caso serian los mismos Illuminati).

2.º Abolición de la propiedad privada para individuos y sociedades.
(Las propiedades pertenecerían al poder soberano, y estos serian cedidos a los pueblos dependiendo de las necesidades de los mismos, simulando una especie de socialismo).

3.º Supresión de los derechos de herencia en todos los casos.
(Este punto se interpretaría no solo en los casos de herencias económicas y de inmuebles, sino también en el traspaso de cargos empresariales y/o políticos de padre a hijo. Esto le reservaría a los gobernantes el poder de nombrar a su merced dichos cargos a los hombres mejor capacitados).

4.º Destrucción del concepto de patriotismo y sustitución por un gobierno mundial.
(Las naciones que fueron divididas en el antiguo régimen se fundirán, conformando un solo estado mundial).

5.º Desprestigio y eliminación del concepto de familia clásica.
(Como un ejemplo de esta meta: no solo el hombre trabajaría, sino que la mujer poseería un empleo con el cual colaborar en la economía familiar. Claro que en la actualidad esto no es para nada extraño, pero hay que comprender que en el siglo XVIII la “familia clásica” poseía una estructura diferente a la del presente).

6.º Prohibición de cualquier tipo de religión tradicional.
(La diversidad de religiones solo provoca diferencias entre los hombres. Y es una problema que debe ser arrancado de raíz de la sociedad ya que impide su correcta unificación).

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